viernes, 26 de diciembre de 2014

NOS QUEDA LA PALABRA 39


JUEVES 3 DE ABRIL DE 2014

PROGRAMA 17 / CURSO 2013 – 14

DERECHO DE AUTODETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS

El tiempo y el espacio son, sin duda, las coordenadas que determinan el ahora y el aquí del ser que somos, elementos imprescindibles en el que nuestro existir va grabando las huellas de su tránsito, las producciones culturales que forman y conforman la singular manera de nuestro estar en el mundo.
El territorio, como lugar que habitamos, ha sido parte de las características que han definido las identidades de los pueblos, junto a una lengua común y a tradiciones y costumbres compartidas que han ido forjando los perfiles e idiosincrasias de las diferentes colectividades que han venido colonizando nuestro planeta a lo largo del tiempo.
Esa geografía que nos acoge, que da forma a nuestros horizontes y condiciona el pensar y el hacer con el que urdimos e hilamos las horas de nuestro día a día, ha devenido, sin embargo, de morada natural que nos alberga y nos asila, a considerarse propiedad nuestra y, por tanto, fuente de desigualdades, de conflictos, de enfrentamientos y disputas entre los que están a un lado y al otro de una línea imaginaria que trazamos a capricho en función de identidades y tradiciones más o menos comunes o de intereses  económicos, estratégicos o de poder más o menos ocultos.
¿De dónde dimana el derecho de autodeterminación: de los pueblos, que viven normalmente ajenos a esas disputas territoriales, que en poco o nada le benefician, o de las consignas y mensajes de sus políticos y gobernantes, de los poderosos, que azuzan, contaminan e incendian con sus consignas, con sus soflamas y con sus mensajes y discursos las mentes y los deseos de los ciudadanos?
Decía Bertolt Brecht que “el nacionalismo de los de arriba sirve a los de arriba. El nacionalismo de los de abajo sirve también a los de arriba. El nacionalismo, cuando los pobres lo llevan dentro, no mejora: es un absurdo total”.
Vistas también las cosas a largo plazo, por ejemplo, cuando Australia se una, por la deriva continental, al continente asiático, emerjan cordilleras, se configuren nuevos territorios y desaparezcan los ahora existentes, y mares y océanos se alteren en sus dimensiones y en sus mareas, dentro de miles, millones o miles de millones de años, quizás nos demos cuenta del sin sentido de nuestras disputas y de lo esperpéntico e incoherente de nuestro afán de propiedad y de poder. Claro, que entonces ya no estaremos aquí para contarlo.

Joaquín Paredes Solís
Marzo de 2014



Joaquín Paredes, Marcelino Cardalliaget, Tino Soria


Para poder escuchar la primera parte de este programa, pinche en el siguiente enlace:


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