JUEVES 3 DE ABRIL DE 2014
PROGRAMA 17 / CURSO 2013 – 14
DERECHO DE AUTODETERMINACIÓN DE LOS
PUEBLOS
El tiempo y el espacio
son, sin duda, las coordenadas que determinan el ahora y el aquí del ser que
somos, elementos imprescindibles en el que nuestro existir va grabando las
huellas de su tránsito, las producciones culturales que forman y conforman la
singular manera de nuestro estar en el mundo.
El territorio, como
lugar que habitamos, ha sido parte de las características que han definido las
identidades de los pueblos, junto a una lengua común y a tradiciones y
costumbres compartidas que han ido forjando los perfiles e idiosincrasias de
las diferentes colectividades que han venido colonizando nuestro planeta a lo largo
del tiempo.
Esa geografía que nos
acoge, que da forma a nuestros horizontes y condiciona el pensar y el hacer con
el que urdimos e hilamos las horas de nuestro día a día, ha devenido, sin
embargo, de morada natural que nos alberga y nos asila, a considerarse
propiedad nuestra y, por tanto, fuente de desigualdades, de conflictos, de
enfrentamientos y disputas entre los que están a un lado y al otro de una línea
imaginaria que trazamos a capricho en función de identidades y tradiciones más
o menos comunes o de intereses económicos, estratégicos o de poder más o
menos ocultos.
¿De dónde dimana el
derecho de autodeterminación: de los pueblos, que viven normalmente ajenos a
esas disputas territoriales, que en poco o nada le benefician, o de las
consignas y mensajes de sus políticos y gobernantes, de los poderosos, que
azuzan, contaminan e incendian con sus consignas, con sus soflamas y con sus
mensajes y discursos las mentes y los deseos de los ciudadanos?
Decía Bertolt Brecht que
“el nacionalismo de los de arriba sirve a
los de arriba. El nacionalismo de los de abajo sirve también a los de arriba.
El nacionalismo, cuando los pobres lo llevan dentro, no mejora: es un absurdo
total”.
Vistas también las cosas
a largo plazo, por ejemplo, cuando Australia se una, por la deriva continental,
al continente asiático, emerjan cordilleras, se configuren nuevos territorios y
desaparezcan los ahora existentes, y mares y océanos se alteren en sus
dimensiones y en sus mareas, dentro de miles, millones o miles de millones de
años, quizás nos demos cuenta del sin sentido de nuestras disputas y de lo
esperpéntico e incoherente de nuestro afán de propiedad y de poder. Claro, que
entonces ya no estaremos aquí para contarlo.
Joaquín Paredes Solís
Marzo de 2014
Joaquín Paredes, Marcelino Cardalliaget, Tino Soria
Para poder escuchar la primera parte de este programa, pinche en el siguiente enlace:
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